Director:
Yoji Yamada; Guion: Yôji Yamada, Emiko Hiramatsu; Intérpretes: Isao Hashizume, Kazuko Yoshiyuki, Satoshi Tsumabuki, Yu Aoi, Yui Natsukawa. 146 min.
Esta película, aparentemente modesta y discreta, es una manifestación sublime del séptimo arte solo por el personaje de Noriko, una de las plasmaciones más hermosas del eterno femenino en la ficción audiovisual. Pero hay que añadir muchos logros más. Como la exquisita partitura musical de Joe Hisaichi, el gran compositor que colabora sistemáticamente con Hayao Miyazaki. Y la fotografía en color, acertadísima, de Masashi Chikamori reinventa el territorio emocional que Ozu había pintado en blanco y negro. En la parcela interpretativa, el acierto de Yamada es extraordinario: ciertamente el padre de Ozu es insuperable, pero las elecciones para los personajes de la abuela, de Noriko y del hijo pequeño son exquisitas, tanto como las interpretaciones (...)
Reseña