Director: Darren Aronofsky.Guion: Darren Aronofsky, Ari Handel. Intérpretes: Russell Crowe, Emma Watson, Douglas Booth, Logan Lerman, Jennifer Connelly, Anthony Hopkins, Ray Winstone. 136 min.
Vistosa película espectáculo de teología ficción, que parte de las páginas que el Génesis dedica a Noé y el diluvio universal para ampliar el lienzo. Ocho generaciones han transcurrido desde la pareja primigenia constituida por Adán y Eva. Después de que Caín matara a su hermano Abel, dos linajes pueblan la Tierra.
El que viene de Caín es poco respetuoso con la naturaleza, son carnívoros y tienen en muy poca estima la vida humana. Mientras que los descendientes de Set, de los que quedan solo unos pocos, se alimentan de plantas y sí tienen conciencia de que deben cuidar la creación. Noé, uno de ellos y patriarca de una familia, tiene una visión. Dios le anuncia la destrucción del mundo y le encomienda la construcción de una gran arca donde habrá parejas de todas las especies animales y que albergará también a su familia.
Darren Aronofsky dirige y coescribe con su colaborador habitual Ari Handel esta película bíblica, alrededor de la cual se ha generado una polémica algo artificial acerca de si era suficientemente fiel a la fuente que la inspira, y de si respetaba las creencias de judíos, cristianos y musulmanes.
La película no es problemática en tal sentido, pero el caso es que con muchos millones de dólares en juego, había temor al rechazo del público creyente, lo que parece notarse en un film frío y muy calculado, con estrategias tan obvias como la de tratar de conseguir el beneplácito del Papa Francisco.
La película funciona en algunos aspectos y muestra su debilidad en otros. Lo más logrado es Noé –bien Russell Crowe–, entre patriarcal y profético, investido de una misión, de ánimo apesadumbrado, y al que se le han insuflado rasgos de otros personajes bíblicos...