Director: Terrence Malick; Guión: Terrence Malick; Intérpretes: Brad Pitt, Sean Penn, Jessica Chastain, Fiona Shaw, Irene Bedard, Hunter McCracken; 139 min.
Decía el beato John Henry Newman que, “para los cristianos, hay poesía en todas las cosas”, precisamente porque en ellas saben descubrir los rostros amables de Dios Padre, de su hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.
Parece como si Terrence Malick (Malas tierras, Días del cielo, La delgada línea roja, El nuevo mundo) hubiera adoptado esa frase como lema de su quinto largometraje, El árbol de la vida, con el que ha ganado, por el momento, la Palma de Oro en Cannes 2011 y el Premio 2011 de la Crítica Internacional (Fipresci).
En este filme con fuerte acento autobiográfico, el introvertido y poco prolífico cineasta texano de origen sirio-libanés (nacido en 1943, formado en Harvard y Oxford, periodista y profesor universitario) exprime casi todas las posibilidades narrativas, poéticas, discursivas e incluso místicas del cine como lenguaje, hasta lograr una impresionante plegaria fílmica a Dios, absolutamente inclasificable e inolvidable.
Reseña