
Claudio, directivo del servicio postal italiano, ansía ser trasladado a Milán para complacer a su neurótica mujer. Una maniobra heterodoxa para lograr tal meta es descubierta, de modo que no consigue el puesto y es castigado con un destino en un pueblo del Sur cercano a Nápoles, considerado lo peor de lo peor. Marchará solo, y descubre que aquello no está tan mal, pero mantiene la ficción de que sufre mucho allí, pues la compasión de su esposa ha hecho mejorar las cosas en el matrimonio.